Existen diferentes tratamientos que habitualmente se agrupan en 3 grupos. La cirugía corresponde a la extirpación del tumor y muchas veces va a depender de la extensión del tumor en el órgano afectado, del compromiso de otras estructuras adyacentes y de la presencia de metástasis a distancia. Es importante que antes de ser sometido a cualquier procedimiento quirúrgico consulte con un cirujano con formación formal en oncología digestiva, con el fin de poder definir si es necesario administrar terapias antes de la operación o planificar de otra forma la extirpación. También hay que considerar que en algunos casos específicos se podrían necesitar técnicas más complejas con el fin de extirpar en forma completa el tumor y que en otros casos considerados en algunos centros como no extirpables, podrían ser extirpados por un cirujano con entrenamiento formal en esta área.
Lamentablemente, la primera intervención quirúrgica habitualmente marca el pronóstico del paciente. Nuestro objetivo es entregar una atención de excelencia que permita la extirpación completa del tumor. La quimioterapia corresponde a la administración de uno o más medicamentos que pueden ser endovenosos y/u orales con el fin de tratar a un paciente antes o después de una operación con el fin de mejorar los resultados de la cirugía. También se puede administrar a aquellos pacientes que por la cantidad y localización de la enfermedad no pueden ser operados. La radioterapia corresponde a la administración de radiación con el fin de disminuir el tamaño tumoral y el riesgo de recidiva tumoral antes de un procedimiento quirúrgico o para tratar los márgenes tumorales posterior a un procedimiento quirúrgico. Debido a que cada tratamiento para el cáncer tiene una indicación precisa y que además dependen del tipo de tumor del aparato digestivo y de la extensión de la enfermedad, cada paciente debe ser evaluado por un experto en esta área, en un comité oncológico que tenga especialistas de todas estas áreas.