Existen diferentes factores que facilitan la aparición de un cáncer digestivo. Por ejemplo, hay factores ambientales que favorecen la inflamación crónica de un órgano y por lo tanto la aparición de un cáncer. En la vesícula, la inflamación crónica que producen los cálculos se puede asociar al desarrollo de cáncer por lo que la extirpación elimina el riesgo. Lo mismo ocurre con la inflamación crónica que produce el reflujo gastroesofágico en el esófago (produciendo esófago de Barrett y posteriormente cáncer). También existen factores que dependen del paciente como aquellos que desarrollan pólipos en el colon que posteriormente desencadenan en un cáncer. La detección precoz de pólipos no cancerigenos y su extirpación, es un tratamiento adecuado para eliminar el riesgo de cáncer en ese pólipo. Los pacientes deben seguir en seguimiento por la aparición de otros pólipos con cáncer.
Finalmente hay factores hereditarios, como los cánceres gástricos familiares asociados a mutaciones genéticas específicas. Determinar esta mutación es importante para seleccionar pacientes para extirpación profiláctica del estómago y eliminar el riesgo. Afortunadamente, esta última condición se observa en sólo el 5% de los pacientes con cáncer gástrico.